jueves, 21 de julio de 2011

Edad Media: Arte Románnico

ARTE ROMANICO: Arte y arquitectura.

Una de las características que pueden tener las catedrales del período románico es la planta en cruz, llamada así por la forma que éstas dibujan sobre el terreno al tener una nave principal y una transversal que la cruza; al final de las mismas suelen haber ábsides (que es una parte abovedada, generalmente semicircular, que sobresale de la parte posterior del templo). Utilizaban los arcos de medio punto, es decir arcos semicirculares. Se observan muy pocas ventanas debido al grosor de los muros, hechos con piedras macizas que debían sostener los pesados cimborrios y cúpulas.

En cuanto a la pintura, se realizaba en los muros de los templos con un material formado con pigmentos diluidos en agua de cal. Se aplicaba con el muro preparado previamente con yeso, estuco, etc. Y se colocaba cuando éste estaba húmedo aún. Cuando secaba, el conjunto de materiales adquiría una gran dureza y resistencia. Las figuras encontradas son planas, alargadas y sin perspectiva. Hoy en día, la pintura románica en países europeos (en su mayoría) casi ha desaparecido, dejando prácticamente a la vista los muros de color piedra y ladrillo, debido a las distintas circunstancias y restauraciones erróneas que ha sufrido con el paso de los siglos. Algunas pinturas también, se realizaban en tabla, pero no con frescos (como en el mural) sino con temples.

Si hablamos de escultura, podemos decir que dentro de las principales características se encuentran los siguientes puntos: Lo representado es antinaturalista, se desprende del mundo real, tiene un carácter simbólico y busca expresar el contenido religioso. Las figuras se ven deformadas, en busca de generar un impacto emocional. Se puede apreciar simplicidad y estilización, así como una imagen abstracta y geométrica. Las imágenes encontradas son de tipo religioso, extraídas del Antiguo y del Nuevo Testamento.



San Clemente de Tahull

San Ramón Obispo de Roda desempeñó una labor de mecenazgo a comienzos del siglo XII al atraer a sus diócesis, artistas que plasmaron su obra en este y en otros templos. El taller del “Maestro de Tahull”, en San Clemente de Tahull (entre otros) es un exponente de su labor.

San Clemente de Tahull, tiene dos etapas constructivas. La primera es en el siglo XI, de la que sólo queda la base, el arranque de la cabecera y parte del muro sur del templo. A principios del siglo XII se concluye la obra y es consagrada por el obispo de Barbastro San Ramón de Roda en el año 1123 bajo el reinado de Alfonso I el Batallador, rey de Aragón.

El templo es de planta basilical, con tres naves canónicamente orientadas y cerradas a oriente por ábsides semicirculares. El central es mayor que los laterales. La parte de la obra hecha en el siglo XI es evidente, sobre todo en el arranque del ábside central donde alcanza una altura de doce hiladas compuestas a base de bloques de piedra muy poco trabajados. Tres ventanales de arco de medio punto dovelado corresponden también a esta primera fase.

“El cilindro absidal central se estructuró en tres lienzos señalados por dos lesenas centrales y otras dos marginales. Las centrales se continúan en altura con rodajas cilíndricas a modo de semicolumnas adosadas. Ya en esta fase, los sillarejos, a pesar de ser también de gran rudeza, son mucho más iguales en tamaño, originando hiladas bastante regulares. Un alargado ventanal centra el ábside, por encima del central arcaico. En los lienzos laterales, hay sendos óculos abocinados de piedra toba construidos a la misma altura del arco de medio punto del ventanal central. El presbiterio es amplio y está bien señalado al exterior.

Los ábsides laterales tienen similar estructura al central, siendo el ventanal norte bastante más largo que el del ábside sur.” (Textual de bibliografía)

Los tres ábsides se decoran en altura con una sucesión de arquillos ciegos realizados en piedra toba, a base de tres arcos de medio punto en degradación cada uno. Por encima, un friso de esquinillas y la cornisa. Algunas de las ménsulas poseen una escaza decoración, así como las dos piezas más altas de las columnillas del ábside sur, que decoradas con zig-zag, aparentan rudimentarios capiteles.

En el exterior, este templo cuenta con una esbelta torre, adosada al costado sur de la cabecera del templo. Consta de siete cuerpos. Excepto el inferior, los restantes poseen ventanales en sus cuatro lienzos. Uno en el segundo tramo y dos en los siguientes (salvo el cuarto, que tiene tres), más amplios cuanto más arriba, aligerando la estructura y brindándole así un atractivo único. Por encima de cada grupo de vanos, cinco arquillos lombardos completan la sensación del rehundido de los ventanales. En los últimos tres tramos, frisos de esquinillas segmentan los niveles.






Bibliografía





Alumna: Kapusi, Marina. 1° de pav. TM.

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