jueves, 21 de julio de 2011

Arquitectura románica

Occidente europeo

  Como consecuencia de las conquistas técnicas realizadas por las diversas escuelas nacidas en el antiguo Imperio del Occidente, se forma hacia el siglo XI un estilo más sabio y uniforme, denominado románico por razón análoga a la que hace llamar romances a las lenguas derivadas del latín.

  Gracias a la mayor seguridad que comienza a disfrutarse en el antiguo Imperio de Occidente, se generaliza la costumbre de las peregrinaciones a Roma y Santiago de Compostela, y esas peregrinaciones contribuyen a la internacionalización del arte románico. En torno a las rutas de los peregrinos, y en sus puntos estratégicos, se levantan algunos de los principales templos y monasterios románicos, y de ellos son buen ejemplo los que en España se escalonan a lo largo del llamado “Camino de Santiago”, que desde el Pirineo conduce a los peregrinos hasta la tumba del apóstol.

  En la arquitectura románica, que ya no aprovecha elementos constructivos ni decorativos de los monumentos romanos, el sentido de la proporción clásica desaparece por completo, y donde este rompimiento con el pasado se ofrece más sensible es en la columna, cuyo fuste deja de ser troncocónico y se hace cilíndrico. La proporción entre el diámetro y la altura de la columna se olvida, y el arquitecto románico no tiene inconveniente en dar el mismo grueso a la baja columna de un claustro que a la altísima que, adosada a un pilar del templo, se eleva hasta la bóveda de la nave mayor.

  La arquitectura románica, que como toda la cristiana medieval, es sobre todo de carácter religioso, crea un tipo de templo abovedado bastante uniforme, muy lejano ya del puramente basilical, y que, evolucionando, continuará viviendo a través del gótico hasta los días del Renacimiento. Pero además, da forma a un nuevo tipo de monumento religioso, que es el monasterio. Edad de oro de la vida monacal, el monasterio nace para responder a las necesidades de un nuevo tipo de vida y con toda la personalidad y claridad de concepción que distingue a esta suerte de creaciones. A pesar de sus varios cambios posteriores, el monasterio conservará durante muchos siglos buena parte de los rasgos generales con que ahora se nos presenta. Período éste en que la ciencia se encuentra en los monasterios, suelen ser arquitectos los mismos monjes.



Templos de Castilla: León, Frómista y Santiago

  La vieja iglesia de San Juan Bautista, de León, es todavía de estilo asturiano. Panteón real dedicado ya a San Isidoro, la reina Doña Sancha, mujer de Fernando I, lo amplía (1056-1067) por la parte de los pies, con un pórtico de tres naves cubiertas con bóvedas de aristas, sobre columnas o pilares con medias columnas, cuyos hermosos capiteles delatan también la presencia del nuevo estilo románico. Sobre la parte del pórtico, situada a los pies del templo, se encuentra la tribuna abierta a éste.

  Pero el viejo templo, con su pórtico, resulta pequeño para los monarcas leoneses, cada vez más poderosos, y Doña Urraca, hija de Doña Sancha, hace construir, ya en el último tercio del siglo -1072 a 1101, aproximadamente-, el actual templo de San Isidoro, respetando parte del pórtico adicionado por su madre al antiguo edificio.

  El nuevo templo de San Isidoro (fig.1) es ya obra plenamente románica, y, por fortuna, de autor conocido, del maestro Pedro Deustambem, enterrado en el templo con grandes honores. Es de tres naves, sobre pilares con medias columnas, la central cubierta por bóveda de cañón con arcos perpiaños, y las laterales con bóvedas de aristas. Los arcos son muy peraltados y doblados, y los del crucero, lobulados, de influencia árabe (fig.2). En el exterior, sus ábsides y sus puertas tienen abundante decoración escultórica.

Más perfeccionado que en San Isidoro, de León, se muestra el románico en San Martín, de Frómista (fig.3), escala en la ruta de la peregrinación a Santiago de Compostela llamado “Camino de Santiago”. Se construye hacia 1065, a expensas de Doña Mayor, la viuda del rey de Navarra. De tres naves, tiene otra de crucero que no sobresale en planta, todas ellas cubiertas con bóveda de cañón. Sus pilares son cruciformes, con medias columnas, y los arcos, doblados. Su cimborrio, de tambor octogonal con ventanas, sobre trompas con bóveda semiesférica, ayuda a que el exterior del templo ofrezca variedad de volúmenes, lo que contribuye también a la diferencia de altura de sus ábsides. Por último, las dos torrecillas cilíndricas de la fachada de los pies, donde van alojadas las escaleras. Se decoran los tímpanos de sus postigos con el Crismón (representación del monograma de Cristo, XP), según el modelo de jaqués. Esta influencia es también muy sensible en los capiteles con decoración vegetal. Por desgracia, la iglesia de Frómista fue excesivamente restaurada hace años.




 La obra en que culmina el románico de León y Frómista es la catedral de Santiago de Compostela (fig.4 y 5). Comenzada en 1075, la catedral de Santiago es de tres naves, con crucero larguísimo, también de tres naves, con cuatro capillas semicirculares y girola, o deambulatorio, con capillas radiales. La central de éstas es de planta cuadrada, las dos inmediatas semicirculares y las dos últimas poligonales. De pilares cruciformes, con medias columnas en los frentes, los arcos son, como los de San Isidoro de León, peraltados, y se cubre en las naves laterales con bóvedas de aristas. Sobre éstas carga la galería, que cubierta a vez por bóveda de cuarto círculo, se continúa a lo largo del deambulatorio y comunica a la nave mayor por ventanas de dos arcos. Aunque sólo llegan a construirse en su menor parte, sabemos, por testimonio del siglo XII, que el templo se proyecta con nueve torres: una en cada esquina del brazo del crucero, dos en la fachada principal, dos para las escaleras en la unión del brazo mayor y el del crucero y otra en el tramo central de éste.

  El estilo románico, arraiga profundamente en Galicia, sobreviviendo hasta fechas muy avanza.

Bibliografía:

Iñiguez, Diego Angulo: Historia del Arte – Tomo 1. Madrid. Gráficas Cóndor, S.A. 1969

Alumna: Sosa, Andrea. 1° PAV. TM

No hay comentarios:

Publicar un comentario